Continuando con los beneficios que tiene tener una Inteligencia Emocional desarrollada, hoy quiero tratar como afecta esto a nuestras relaciones interpersonales.
Las relaciones interpersonales nos proporcionan el contexto ideal para el despliegue de la inteligencia emocional. La calidad de esas relaciones establece el clima social y emocional que prevalece en nuestro ambiente familiar, social y de trabajo.
Una alta inteligencia emocional hace que tengamos más desarrollada la habilidad para iniciar y mantener relaciones interpersonales duraderas, mutuamente satisfactorias que se caracterizan por la intimidad y el dar y recibir afecto. El punto clave es el requerimiento de mutualidad que requiere ceder parte de nuestro control a las otras personas. Es un tipo de rendición que nos lleva a ser socialmente responsables.
En otras palabras, el papel crucial que tiene aquí la Inteligencia Emocional es el ayudarnos a compartir con los demás nuestras alegrías y nuestra suerte, a la vez que nuestras sombras y derrotas.
Según la obra publicada por Lopes, Salovey y Strauss en 2003, una Inteligencia Emocional alta está relacionada con unas mejores relaciones interpersonales y menos interacciones negativas con los amigos.
En otro estudio, el alumnado con mayor Inteligencia Emocional fue el que mostró mayor sensibilidad interpersonal y una conducta prosocial mayor. A la vez que eran los mejor valorados por los demás (Lopes, Salovey, Côté y Beers, 2005).
También esta comprobado que cuanta mayor sea la Inteligencia Emocional, mayor será el grado de intimidad y afecto hacia nuestros amigos.
Las relaciones interpersonales nos proporcionan el contexto ideal para el despliegue de la inteligencia emocional. La calidad de esas relaciones establece el clima social y emocional que prevalece en nuestro ambiente familiar, social y de trabajo.
Una alta inteligencia emocional hace que tengamos más desarrollada la habilidad para iniciar y mantener relaciones interpersonales duraderas, mutuamente satisfactorias que se caracterizan por la intimidad y el dar y recibir afecto. El punto clave es el requerimiento de mutualidad que requiere ceder parte de nuestro control a las otras personas. Es un tipo de rendición que nos lleva a ser socialmente responsables.
Cuando las relaciones interpersonales son respetuosas y satisfactorias proveen un terreno común para disfrutar la experiencia de interactuar y compartir con otras personas. En la medida que una persona sea más hábil al construir y mantener relaciones interpersonales, anticipando y reconociendo las preferencias de la otra persona, apreciándolas y estando dispuesto a satisfacerlas en una buena medida, las otras personas se sentirán más dispuestas a mantener esa relación. |
En otras palabras, el papel crucial que tiene aquí la Inteligencia Emocional es el ayudarnos a compartir con los demás nuestras alegrías y nuestra suerte, a la vez que nuestras sombras y derrotas.
Según la obra publicada por Lopes, Salovey y Strauss en 2003, una Inteligencia Emocional alta está relacionada con unas mejores relaciones interpersonales y menos interacciones negativas con los amigos.
En otro estudio, el alumnado con mayor Inteligencia Emocional fue el que mostró mayor sensibilidad interpersonal y una conducta prosocial mayor. A la vez que eran los mejor valorados por los demás (Lopes, Salovey, Côté y Beers, 2005).
También esta comprobado que cuanta mayor sea la Inteligencia Emocional, mayor será el grado de intimidad y afecto hacia nuestros amigos.
Muy de acuerdo. Gracias querida Mar por tu blog. ��
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